En el mundo de la gemoterapia y la curación con minerales, es importante saber cómo limpiar y cuidar nuestras piedras para mantener su energía y efectividad. Sin embargo, no todas las piedras pueden ser limpiadas de la misma manera. En este artículo, exploraremos qué piedras no se deben limpiar y por qué.
**¿Qué piedras no se limpian?**
1. **La selenita**
La selenita es una piedra muy delicada y suave, que se puede rayar fácilmente. Por esta razón, no se debe limpiar con agua, ya que puede dañar su superficie. En su lugar, se recomienda limpiarla con un cepillo suave o un paño seco para eliminar la suciedad y los residuos.
2. **La turmalina negra**
La turmalina negra es conocida por su capacidad para absorber la energía negativa. Sin embargo, debido a su capacidad para absorber esta energía, no es necesario limpiarla con tanta frecuencia como otras piedras. Si se desea limpiarla, se recomienda hacerlo con agua y sal, pero no se debe sumergir completamente en agua, ya que puede dañarla.
3. **El lapislázuli**
El lapislázuli es una piedra muy porosa y puede absorber fácilmente agua y otros líquidos. Por esta razón, no se debe limpiar con agua ni sumergir en líquidos, ya que puede dañar su estructura interna y reducir su efectividad. En su lugar, se recomienda limpiarla con un paño suave y seco para eliminar la suciedad y los residuos.
4. **El ópalo**
El ópalo es una piedra muy delicada y sensible al agua y otros líquidos. Si se sumerge en agua, puede agrietarse o perder su brillo natural. Por esta razón, no se debe limpiar con agua ni sumergir en líquidos. En su lugar, se recomienda limpiarla con un paño suave y seco para eliminar la suciedad y los residuos.
5. **La malaquita**
La malaquita es una piedra muy porosa y puede absorber fácilmente agua y otros líquidos. Por esta razón, no se debe limpiar con agua ni sumergir en líquidos, ya que puede dañar su estructura interna y reducir su efectividad. En su lugar, se recomienda limpiarla con un paño suave y seco para eliminar la suciedad y los residuos.
6. **La fluorita**
La fluorita es una piedra que puede ser sensible a la luz solar directa. Si se expone a la luz solar directa durante un período prolongado de tiempo, puede perder su color natural y su efectividad. Por esta razón, se recomienda almacenarla en un lugar oscuro y protegido de la luz solar directa.